Después de un acontecimiento traumático, es común que nos atasquemos en el mecanismo de lucha-o-huida, y que quedemos enganchados durante el resto de nuestras vidas.

Cuando la reacción de lucha-o- huida se activa y empezamos a tomar decisiones en este estado de supervivencia, creamos situaciones peligrosas para nosotros y reforzamos la idea de que nuestro mundo no es seguro.

Mientras que los animales resetean de forma innata su modo de lucha-o-huida, los humanos no lo hacemos.

Sin embargo, cuando miramos hacia la medicina energética, vemos que hay manera de restablecer la calma de nuestro sistema.